Pueden parecer inofensivas fábulas, el tipo de historias que son fáciles de descartar como adultos, pero los cuentos de hadas nos afectan más de lo que muchas personas imaginan. Son tan usados ahora como cuando fuimos niños; incluso podrían ser más recurridos, gracias a internet. Pero los cuentos de hadas han existido mucho más tiempo que el Internet, o incluso que las películas de animación que muchos de nosotros crecimos viendo, y a menudo siguen sirviendo a su propósito original como cuentos sobre normas morales.
Muchas de las lecciones de los cuentos de hadas se basan en cosas como: Sé bueno con los demás, escucha a tus padres, y no comas manzanas que te ofrecen los extraños. Sin embargo, muchos cuentos de hadas refuerzan de manera implícita las normas de género; después de todo, son donde los arquetipos del “príncipe azul” y la “damisela en apuros” se originan. Y con el tiempo, estas historias tienen un efecto sobre la forma en que pensamos. De hecho, a principios de este verano, un estudio de la Universidad Brigham Young encontró que comprometerse con la “cultura de la princesa” hace a los niños más propensos a exhibir un comportamiento estereotipado de género – y es apenas el primero en mostrarlo.
A pesar de que creo que nadie debe dejar de disfrutar de los cuentos de hadas, también pienso que se deberían comprender más a fondo. Los cuentos de hadas dejan claramente una impresión de que influyen mucho después de la infancia. Vamos a echar un vistazo a cinco preconceptos problemáticos que por lo regular no se digieren con el paso del tiempo. Te sugiero que te tomes un momento para recordar que el hecho de que hayamos sido educados con ellos desde una edad temprana, no significa que tenemos que seguirlos.
1- “Las aventuras son para los niños”
Vamos a empezar con uno de los tópicos de los cuentos más obvios: La aventura es algo que los hombres buscan y con lo que las mujeres tropiezan. Para ser justos, no todos los protagonistas masculinos salen de su camino para encontrar la aventura, pero tienden a tener un papel mucho más activo en sus historias que la típica damisela en peligro. La Cenicienta tiene éxito en el baile, pero termina justo donde empezó hasta que el príncipe regresa a rescatarla para llevarla lejos a su castillo; el clímax del cuento de Blancanieves ocurre cuando un príncipe rompe la maldición para ella; Rapunzel está literalmente pegada esperando a que la rescaten de su torre. Cuando se presentan estos papeles limitados, los niños y niñas pueden crecer hasta sentir que sus propios papeles en la sociedad están limitados así.
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2- “Las labores domésticas son para las mujeres, aun si son Princesas”
Mientras que a los hombres se les pide demostrar su valía con hazañas de destreza física – que van desde una búsqueda a escalar una montaña de cristal – las mujeres están atrapadas con las actividades más tradicionalmente “femeninas” como cocinar o permanecer sentadas luciendo hermosas. (Más información sobre esto último en un minuto). Podría no parecer importante, pero en una sociedad donde las mujeres todavía a llevan sobre los hombros el peso de las tareas domésticas, el refuerzo de este status quo de los cuentos de hadas ciertamente no facilita las cosas.
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3- “Belleza es igual a Bondad”
En casi todos los cuentos de hadas, la apariencia física está directamente ligada a la moral. Príncipes y princesas son todos bien parecidos y bondadosos; mientras que las brujas y reyes malvados son todos feos y maliciosos. Como escribió Alice Neikirk en un ensayo sobre el tema: “En muchas formas, algunas de las historias más populares se puede interpretar como elaborados ‘concursos de belleza”, haciendo hincapié en el mensaje de que la apariencia juvenil de una mujer, especialmente cuando se combina con la apropiada actitud pasiva, resulta ser su atractivo más importante”. Una parte de esto va también para los personajes masculinos, pero Neikirk tiene un punto destacable: los hombres tienen características más allá de su atractivo, pero el aspecto es el factor más importante en una protagonista femenina.
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4- “La Vanidad debe ser castigada”
A pesar de que la belleza es de enorme importancia en los cuentos, la humildad es casi tan significativa. Los cuentos de hadas nos enseñan que la vanidad es algo que debe ser castigado; en las raras ocasiones en las que una villana es hermosa, también está maquinando maldades, siendo vanidosa, y obsesionada con deshacerse de su competencia (actitudes que en la vida real no necesariamente vienen juntas).
El ejemplo más conocido es la malvada madrastra de Blancanieves, pero los ejemplos también se pueden encontrar en historias como “El árbol de la Rosa”, “Basilisa la Bella” y “El Árbol de Oro y el Árbol de Plata”. Si alguna vez te preguntaste por qué se siente raro tomarte tantas selfies, tal vez puedas culpar a los hermanos Grimm (y todos los demás que alguna vez hayan escrito o compilado cuentos de hadas) con este preconcepto.
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5- No hay un “Y vivieron felices para siempre” hasta casarse
Este tópico se balancea en ambos sentidos. Ya se trate de un príncipe valiente o una campesina con un corazón de oro, la historia de nuestro héroe no termina hasta que las campanas de boda tañen por todo el reino. Aun cuando el matrimonio es sólo una idea feliz de último momento que inserta sobre el objetivo cumplido – me parece racional decir que La Bella Durmiente estaría más contenta de haber sido liberada de su maldición que de casarse con un desconocido – Los cuentos de hadas terminan con una boda casi siempre.
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Incluso en la edad adulta, el vivieron felices para siempre se encuentra mezclado con el matrimonio. Aunque el número de personas que se casan ha ido disminuido desde los años 80, la mayoría de las personas todavía esperan sentar cabeza con una relación monógama en algún momento.
Esta presión se extiende tanto a hombres como mujeres, pero es especialmente implacable con las últimas.
Casarse con un tipo sigue siendo uno de los logros más importantes que una mujer pueda lograr a los ojos de la sociedad. Y si eres una mujer soltera mayor de 30 años, los chistes sobre solteronas o la “loca de los gatos” no paran- por no hablar de las insinuaciones cada vez más acentuadas que avanzas poco a poco a morir sola y sin dinero, al igual que una malvada madrastra. En los cuentos de hadas el acto de casarse también esta relacionado con la felicidad, sin embargo, en realidad ese mismo acto no garantiza que las personas casadas serán permanentemente felices o que los que no lo hagan no lo serán.
Los cuentos pueden ser una parte importante de la infancia para desarrollar la imaginación, sin embargo muchas veces limitan el papel que se cree tener en este mundo, espero esto ayude en los lectores a cambiar esas imágenes mentales fijas de uno mismo.
Referencias:
- Y la moraleja de la historia es: Los niños no siempre entienden la moraleja. Elizabeth Blair. (2015)
- Las princesas de Disney sí influyen en las niñas… y en los niños también. KJ Dell’Antonia. (2016)
- Expertos dicen: cuentos de hadas no vivieron felices para siempre. Amy Patterson-Neubert. (2003)
- La montaña de cristal (Cuento tradicional polaco). Compilado por Hermann Kletke
- Tener un marido implica 7 horas de trabajo extra para una mujer. LA VANGUARDIA (2016)
- “…Y Vivieron Felices para Siempre” (o Lo Que Los Cuentos de Hadas le Enseñan a las Niñas sobre Ser Mujer). Alice Neikirk. (Consultado en 2016)
- ¿Porque hay menos gente casándose? Jay L. Zagorsky (2016)
¿Qué te parecen estas ideas? Personalmente me parecen los precedentes en el desarrollo de algunos problemas psicológicos en las mujeres. Aquí aplica en muchos casos, eso de: «Ideas Caducadas». ¿Tú que opinas? Ejerce tu libertad de expresión, y comparte tus ideas en la sección de comentarios 👇. Yo estaré encantado de responderte 😉.