Compartir demasiado en redes sociales puede sentirse bien en principio, pero también puede traer serias consecuencias. Entonces ¿por qué lo seguimos haciendo? Oversharing, cuya traducción al español podría ser “compartir demasiado”, es un término que se viene barajando desde hace tiempo en los medios de salud mental internacionales. En este artículo usaré ambos términos de forma indistinta, y trataré de dejar en claro los mecanismos mentales tras la actividad de “compartir demasiado en redes sociales”, así como sus trastornos asociados.

Diferencias entre Compartir Demasiado: Compulsivo o Intencional

Sí, todos podemos compartir deliberadamente cuando estamos indignados o molestos, y queremos una reacción de quienes están de nuestra parte. Y solo basta con ver las cuentas de las redes sociales para ver que se utiliza un exceso de publicaciones como una herramienta calculada para la atención.

Sin embargo, catalogar el «síndrome de oversharing» simplemente como una forma de egoísmo a menudo está fuera de lugar.

El “compartir demasiado” y con demasiada frecuencia puede ser una cortina de humo para ocultar un problema psicológico grave, como un Trastorno de Ansiedad o el Trastorno Límite de la Personalidad. Y la primera pista puede ser si puedes controlar el publicar o no.

Si compartes demasiado de forma compulsiva antes de poder detenerte, y después sientes vergüenza. Es hora de tomar en serio esta conducta.

A continuación 6 posibles razones y mecanismos mentales de compartir demasiado tanto en redes sociales, como físicamente en persona:

1. Compartir Demasiado y la Ansiedad

¿Hablas impulsivamente cuando estás nervioso en un intento de parecer normal? ¿Pero entre más compartes te vuelves más ansioso, y no puedes detenerte?

La ansiedad social conduce algo que la investigación llama «agotamiento del autocontrol». Entre más ansiosos estamos, menos control tenemos sobre nuestros comportamientos impulsivos.

O la ansiedad social puede significar que sientes que «tienes que» compartir cosas para encajar. Pero te incomoda, por lo que intentas hablar, solo para empeorar las cosas o compartir aún más detalles.

2. Cuando compartes para evitar, no para crear intimidad

Una suposición común es que compartimos demasiado para tratar de forzar el agrado de los demás. Pero el oversharing crónico también puede ser una forma de alejar a los demás.

  • ¿Compartes para crear un «alter ego», una personalidad distinta a la tuya?
  • ¿Es como si te estuvieras viendo hablar desde lejos?
  • ¿Te das cuenta de que embelleces algunos detalles y escondes otros?
  • ¿Compartes más con personas que realmente no te agradan?

Entonces estás utilizando el compartir demasiado para crear una barrera entre tu “yo auténtico” y la otra persona, es una forma complicada de evitación de la intimidad.

3. Soledad

Bueno… Nos decimos que estamos bien. Por supuesto que no estamos solos. Simplemente disfrutamos de nuestra propia compañía y no nos importa habernos distanciado de nuestra familia y vivir solos. Para después salir a un evento social, y desahogarnos compartiendo demasiada información.

La soledad puede dejarnos hambrientos de lograr una conexión. Y nuestro cerebro sabe que la conexión es importante para nuestra supervivencia. Nuestra propia necesidad de sentirnos conectados puede anular nuestras habilidades sociales.

La investigación desde la perspectiva de la psicología evolutiva sugiere que la soledad «puede haber evolucionado como un estado desagradable que, como el hambre, la sed y el dolor, promueve el cambio de comportamiento para aumentar la probabilidad de supervivencia de los propios genes».

4. Baja autoestima y hablar demasiado

¿Cuanto más te gusta alguien y quieres gustarle, más dices tonterías? ¿Te gusta ese nuevo compañero de trabajo? ¿O la atractiva chica de la cafetería?

Puede ser una forma inconsciente de tratar de demostrar tu propio valor, ocultando tu baja autoestima.

5. Adicción a la Intensidad

¿Te enamoras rápidamente? ¿Y haces amigos rápidamente y piensas que son «almas gemelas»? ¿Y esto implica compartir inmediatamente todos tus detalles y pensamientos íntimos a través de horas de conversación, que ves como «conectar»? ¿Solo para enamorarte igual de rápido, o cortar a esos mismos amigos cuando entiendes “como son en realidad”?

Sí, las relaciones requieren que seamos abiertos. Y conectar puede implicar contar nuestros oscuros secretos. Un estudio analizó si las personas prefieren a quienes esconden secretos negativos o a quienes los exponen abiertamente, el 80% de los participantes prefirieron salir con «las personas abiertas».

Sin embargo, ser abierto es una cosa. Pero, apresurarte a compartir toda tu historia de vida en cuestión de días y después usarla para alejarte o hipnotizar al otro, es algo muy diferente. ¿No es una falta total de límites personales? Es ser demasiado intenso, lo que a menudo está relacionado con el Trastorno Límite de la Personalidad.

6. Compartir demasiado y la mentalidad de víctima

¿Compartes demasiado la misma historia a quien te escuche? ¿Sobre lo difícil que fue tu vida, y con quién te equivocaste? Los detalles han cambiado con el paso del tiempo, pero ¿te has convencido de que sigue siendo una representación justa de todo lo que sufriste?

Tener una mentalidad de la víctima significa que obtienes tu poder e influencia haciendo que los demás sientan pena por ti.

Tampoco quiere decir que no hayas sufrido de malas situaciones. Muchas personas atrapadas en la mentalidad de víctima de hecho tienen un trauma infantil. Pero no te enfrentas al hecho de que ahora eres un adulto con libre albedrío, y debes asumir la responsabilidad de sanar y poner en orden tu vida.

¿Cómo puedo dejar de compartir demasiado?

Reconocer tu intención real de compartir demasiado es el paso inicial. También llevar un diario es bastante útil en esta situación, al igual que el Mindfulness, una práctica que te ayuda a reconocer lo que realmente piensas y sientes.

Con rasgos como la baja autoestima o compartir demasiado de forma consciente para llamar la atención, los libros y cursos de autoayuda también pueden ser útiles para encontrar formas más saludables de sentirte bien consigo mismo o misma.

Pero si tu conducta de “compartir demasiado” esconde problemas más serios, es aconsejable el apoyo profesional. Particularmente con cosas como la ansiedad severa, el Trastorno Limite de la Personalidad y el Trauma Infantil, trabajar con un psicólogo clínico es muy aconsejable si deseas ver un cambio real.

¿Tienes alguna pregunta sobre este tema? ¿O quieres compartir cómo pudiste controlar tu problema? Usa la sección de comentarios aquí abajo 😉

Referencias:

  1. Social Anxiety in Relation to Self-Control Depletion Following Social Interactions. Blackhart, Williamson & Nelson. (2015).
  2. Evolutionary Mechanisms for Loneliness. Cacioppo, Cacioppo & Boomsma. (2013).
  3. Hiding personal information reveals the worst. John, Barasz & Norton. (2016)

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