Ya que haz hecho clic en este artículo, existe la posibilidad de que hayas tenido que lidiar con el fanatismo religioso en tu familia. O tal vez estás haciendo frente a un problema de salud mental que conflictúa tu fe. Tal vez tengas curiosidad por la relación entre la religión y la salud mental, o quizá, directamente quieres conocer la psicología detrás del fanatismo religioso.
Un estudio realizado por el Journal of Religion & Health mostró tasas más altas de problemas de salud mental en personas que adoraban a un Dios vengativo que aquellas que seguían a un Dios deísta o amable.
Para comprender el fanatismo religioso, es crucial comprender los conceptos básicos de la religión y la espiritualidad. Los efectos del fanatismo religioso en la salud mental están en una relación simbiótica. A menudo parece haber una delgada línea entre lo que es beneficioso para el estado mental de una persona y lo que se acepta como apropiado por las creencias religiosas.
Desde tiempos primitivos, los humanos han tenido un sentido de espiritualidad, con la idea de que hay algún ser o fuerza todopoderosa que nos puso en este planeta. A menudo hemos escuchado historias de antiguas civilizaciones o incluso tribus que adoraban a los elementos (La lluvia, el Sol, la Tierra, etc.). A medida que pasó el tiempo, los conceptos de religión y adoración evolucionaron.
Una cita de Joseph Campbell, profesor de literatura estadounidense en Sarah Lawrence College que trabajó en mitología y religión comparada, resume bien este fenómeno, de la siguiente forma:
«La mitad de las personas del mundo piensan que las metáforas de sus tradiciones religiosas, por ejemplo, son hechos. Y la otra mitad sostiene que no son hechos en absoluto. Como resultado, tenemos personas que se consideran creyentes porque aceptan metáforas como hechos, y tenemos a otros que se clasifican como ateos porque piensan que las metáforas religiosas son mentiras».
Joseph Campbell
Muchas personas, ya sean religiosas o espirituales, descubren consuelo al saber que hay algo más grande ellos mismos y que, hay un propósito en la existencia de la humanidad. A menudo, se pierde el objetivo compartido del propósito y la paz. En algunos casos, las barreras mentales y el sufrimiento son el resultado.
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Fanatismo Religioso: ¿Qué población está en riesgo?
Un estudio realizado en 2014 por el Journal of Religion & Health mostró tasas más altas de problemas de salud mental en quienes adoraban a un Dios vengativo, a diferencia de quienes preferían a un Dios deísta o amable. Más del 50% de los encuestados sufrían de ansiedad social, paranoia, pensamiento obsesivo y compulsiones.
Otro estudio del 2017, sobre el “Nacionalismo Cristiano Americano”, sugiere que las fuertes creencias religiosas están asociadas a niveles más altos de ansiedad y depresión, aunque, la relación entre el nacionalismo cristiano y la depresión fue significativamente más fuerte en quienes tenían “menor nivel de religiosidad”. En pocas palabras: “Ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre”, frase popular que nos exhorta al equilibrio. Por lo tanto, sufre quien se apega en exceso a la religión, como quien no posee un sistema de creencias congruente y sólido, al menos de acuerdo a este estudio.
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Salud y Fanatismo Religioso:
Existe una controversia bastante común al saber de personas que rechazan tratamientos médicos, ya que su religión no la aprueba. Un ejemplo, una persona es avisada por sus médicos que necesita una operación cardiaca, a pesar de ello se niega a recibir tratamiento y cree “fanáticamente” que se curará con “el poder de la oración”, acto seguido, la persona fallece por falta de atención médica.
Se puede debatir que (por supuesto) estaba en su derecho, muchos otros lo ven como un problema. (incluso para algunos miembros de su propia familia).
El profesor de psiquiatría Dr. Harold Koenig, del Centro Médico de la Universidad de Dukes, Carolina del Norte, estudia el efecto de las creencias y prácticas religiosas en la salud mental, física y social. En su artículo: «Religión, Espiritualidad y Trastornos Psicóticos», Koenig sugiere «que un tercio de los pacientes con psicosis experimentan delirios religiosos». Koening también afirma que «identificarse con la religión o la espiritualidad por sí sola no influye en la salud, sino que es la sinceridad y el compromiso de la creencia y la acción lo que importa».
Si no es evidente, el tema se convierte rápidamente en una pendiente resbaladiza. Las respuestas médicas y la elección personal parecen estar en desacuerdo entre sí, dependiendo de las condiciones y factores que crean la elección.
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Religión: ¿Recurso o responsabilidad?
Los fanáticos religiosos pueden recurrir únicamente a sus líderes religiosos y dioses para curarse, sustituyendo a profesionales médicos. Esto puede llevar a que cosas como la esquizofrenia sean «diagnosticadas» como posesión demoníaca o una dolencia física es un castigo por falta de fe. Sin un tratamiento adecuado, los problemas de salud mental pueden convertirse en un problema para el individuo y sus seres queridos. Además puede crear barreras para metas universales como “salir adelante”, “prosperar” o “tener paz”.
Otras personas eligen no ser religiosas sino: “espirituales”, por lo que pregonan los beneficios del yoga, la meditación, afirman que lo único necesario para curarse es la “magia de los cristales” y la salvia. Que basta con limpiar nuestro espíritu. Combinan creencias del judeo-cristianismo con tradiciones chamánicas, o filosofías orientales e incluso ciencia ficción. ¿De verdad todo suma o se vuelve un laberinto del que muchos no pueden escapar?
Para el fanático quién no está a favor, está en contra, se convierte en enemigo de su causa. Y esto puede volverse un peligro tanto para sí mismo como para quienes le rodean. Y solo basta saber sobre noticias por ejemplo, de personas que se colocan una bomba para atacar a quien no apoya una de sus creencias religiosas.
El profesor de psiquiatría, el Dr. Koenig, también sugiere: “Si bien las creencias y prácticas religiosas pueden representar fuentes poderosas de consuelo, esperanza y significado, a menudo están intrincadamente enredadas con trastornos neuróticos y psicóticos, lo que a veces dificulta determinar si son un recurso o una responsabilidad.»
El concepto de «falta de fe» es tan frecuente que la Asociación Americana de Psiquiatría ha tenido que desarrollar una guía para enviar a los líderes religiosos. Su propósito es ayudar a los líderes a identificar la diferencia entre los creyentes devotos y los que sufren problemas de salud mental o delirios mentales.
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Ejemplos de enseñanzas religiosas fanáticas
Es importante tener en cuenta que cada religión tiene extremistas, cada religión tiene moderados y cada religión tiene personas que la siguen sin un propósito.
· Históricamente, cuando los cruzados romanos llegaron a Jerusalén, mataron a personas de todas las religiones, incluidos los cristianos nativos, en el nombre de su Dios. El emperador romano, Constantino I, suprimió casi todas las religiones no cristianas durante su reinado, y muchos más fueron destruidos después de su reinado cuando el cristianismo y sus variantes barrieron el mundo.
· Un ejemplo moderno que ha sido propagandizado en los EE. UU. y en general en occidente, es el extremismo islámico. El fanatismo religioso y el extremismo han prevalecido en el Islam desde el siglo VII; Sin embargo, en los últimos años, a través de líderes como Osama bin Laden y Sadam Hussein, los yihadistas radicales son los villanos frecuentes de los medios de comunicación occidentales. A pesar de algunas enseñanzas del Corán se oponen a las creencias que están siendo respaldadas por estos líderes.
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Síndrome de Trauma Religioso
Uno de los efectos más dañinos de la religión es el Síndrome de Trauma Religioso (STR). A menudo se compara con el TEPT y TEPT-C y se refiere a personas que sufren traumas relacionados con su religión, especialmente quienes han sido adoctrinados y creen que Dios es vengativo.
La forma más fácil de comprender el Síndrome del Trauma Religioso es observar lo que se les dice a los miembros LGBTQ+ que Dios condena su identidad y que su existencia es un «pecado» o la idea de que están «perdidos» o son «indignos» del amor de Dios.
Un niño absorbe estos mensajes e indirectamente, (o directamente para algunos), internaliza el miedo y la vergüenza en torno a su identidad, lo que podría llevarlos a comportamientos y creencias riesgosas como adultos, incluido el suicidio.
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El Síndrome de Trauma Religioso fue identificado por la Dra. Marlene Winell, quien usó el término para describir el trauma experimentado por las personas que han huido de religiones y cultos de tipo autoritario.
Los síntomas del STR pueden afectar negativamente la capacidad cognitiva, el desarrollo emocional, la socialización y la cultura.
Según la Dra. Winell, el STR es una combinación de «teología tóxica» y «autoritarismo» y a menudo ocurre a lo largo de la vida de una persona con un refuerzo constante en lugares como la escuela, la iglesia o el hogar.
El Síndrome de Trauma Religioso aún no se reconoce oficialmente como un problema de salud mental, pero se estima que en algún momento será indexado como diagnóstico, como resultado de la investigación en que la Dra. Winell ha sido pionera. Con más y más personas que adoptan el término, y muchas que han experimentado el Trauma Religioso finalmente se le da validación al trauma que experimentaron, y los profesionales de la salud mental pueden ayudar a los pacientes a hacer frente al STR.
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¿Cómo impacta positivamente la religión en la salud mental?
Un estudio de 2005 mostró que los adultos con mala salud tenían menos probabilidades de sucumbir a la depresión si tenían creencias religiosas. Esto puede atribuirse a una serie de factores, que incluyen:
● Un sentido de comunidad:
Para muchas religiones, existe un fuerte sentido de comunidad, ya que se celebran reuniones en torno a una creencia compartida. Las comunidades religiosas suelen tener su propio acervo de música, comida y compañerismo. Con muchas religiones que predican amor y compasión, muchos creyentes hacen mucho bien ayudando a otras personas.
● Estructura y rutina:
Cuando una persona sufre de depresión, tener una religión que lo saca de la casa para ir a misa, por ejemplo, puede ser beneficioso para su salud.
● Un sentido de pertenencia:
Con a soledad como un síntoma frecuente en las consultas de psicología, tener un lugar donde sienten que pertenecen a menudo puede ayuda a las personas. Sabiendo que existe una presencia superior a uno, en conjunto con los valores positivos que han ayudado a construir su propia cultura y civilización a través de siglos.
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¿Es Posible Coexistir con Diferentes Ideas y Opiniones?
La vida es compleja y colorida. Hay 195 naciones soberanas en el mundo y 6,500 idiomas. Se estima que hay 4,300 religiones en el mundo, con una investigación de Pew Research Center se informa que las cinco principales religiones son: cristianismo, islam, no afiliados, hinduismo y budismo.
La diversidad es lo que forma experiencias ricas en la cultura y la vida. El alcance de las experiencias y entornos de la vida es infinito, pero tiende a haber competencia por los recursos e influencia sobre el amor que todos necesitamos y buscamos.
La religión es, y siempre será un tema sensible. Todo lo que podemos hacer es ser respetuosos, humildes y conscientes de las creencias de los demás, especialmente si somos conscientes de que 1) están lidiando con dificultades o 2) posiblemente estén batallando con un problema de salud clínica.
La compasión y la comprensión también recorren el mundo, y estas características deberían ser el tono correcto para el encuentro.
¿Crees sufrir del Síndrome de Trauma Religioso? Contáctame, puedes hacer terapia online para lidiar con los efectos.
¿Tienes algo que aportar sobre este y otros temas? Usa la sección de comentarios, responderé con gusto.
Referencias:
- Thou Art That: Transforming Religious Metaphor. Joseph Campbell. (2001).
- Do Beliefs in Christian Nationalism Predict Mental Health Problems? The Role of Religious (Non)Involvement. Laura Upenieks. (2017-2022)
- En la mente del fanático. José Angel Martos. (2016)
- El Fanatismo Religioso desde una Perspectiva Psicológica. Alberto Barradas. (2015)
- Religion, spirituality and psychotic disorders. Harold G. Koenig. (2007).
- Religion, Spirituality and Health. Harold Koening & Thomas J. Coleman III. (Podcast). (2014).
- Mental Health and Faith Community Partnership. American Psychiatric Association. (2018).
- Religious Trauma Syndrome. Dr. Marlene Winell. (2022)