Escuchar es una gran habilidad que puede desarrollarse. No sólo es el 50% del proceso de comunicación, sino que nos ayuda a saber que decir, sobre la base de lo que ya hemos escuchado antes. El saber escuchar puede tener un impacto positivo en tus niveles de estrés, e igualmente reducirá los niveles de estrés de las personas que te rodean.
Entonces, ¿cómo es posible que la falta de habilidad para poner plena atención a lo que otros dicen, nos causan estrés? Sin duda, si dejamos de lado a los demás podemos reducir nuestro estrés, al no tener que hacer frente a sus problemas, así como ellos a los nuestros. A nadie le gustan los quejumbrosos. Pero debemos ver las cosas desde un punto de vista más profundo y reflexionar si esta vieja actitud nos lleva a algo.
Piensa en una situación en la que un compañero de trabajo te está dando información en relación con tu trabajo. Si estas ocupado, pensando en que vas a hacer este fin de semana, en lugar de escuchar lo que dice, hay una buena probabilidad de que te pierdas de algo que podría afectar tu empleo. Esto te pondrá bajo un estrés innecesario, en un esfuerzo por recuperarte de una situación que has creado tú mismo. Si el equipo confiaba en ti, y ahora los llevas en la dirección equivocada, por no escucharlos brevemente, no los culpes si se sienten inclinados a desconfiar de ti en futuras tareas relacionadas con el equipo. En cualquier ambiente de convivencia el no saber escuchar puede dejarte como un lobo solitario, por lo que te llevaras toda la carga de trabajo, en lugar de compartirla con los demás. Esto sería una situación estresante.
Escuchar: No solo se trata del estrés
Escuchar a las personas que te rodean permite que consideres el estado de ánimo general de los compañeros de trabajo o la familia. Si alguien interactúa contigo y está teniendo un mal día, puede ser irritable, o simplemente grosero, es muy necesario esperar un poco a que se calmen, y tener cuidado de no reaccionar como un espejo, con esos estados de ánimo tan negativos. El estrés y la ansiedad pueden ser fácilmente transmitidos. Se extienden como ondas en un lago. De repente, se puede caer propenso al cambio de humor de otra persona.
Si eres de los que carecen de concentración, o se distraen con facilidad, trata de desarrollar nuevos hábitos para ayudar a enfocarte. Dar retroalimentación durante las conversaciones no sólo te asegura que escuchas lo que te dicen, también involucra a la otra persona, así demuestras interés en lo que te están diciendo. Existen acciones negativas, como ver el reloj de pulso o de pared, bostezar (muy desagradable), jugar con objetos, o tener los dedos en movimiento; todas estas son acciones que debes evitar.
Deshazte de las sobrecargas
Aunque se nos dice constantemente que ser multitarea es algo bueno, puede conducir al estrés por una sobrecarga en las actividades que realizas. Anteriormente a finales de 1960, en las empresas se llevaba una práctica laboral muy deshonesta. Se trataba de aumentar deliberadamente la carga de trabajo de un empleado, o subir su rango de responsabilidades por encima de su nivel de formación, con el fin de provocarle un fallo. Esto permitía al empleador reducciones de personal, por renuncias, en vez de tener que despedir al personal lo que les costaría dinero en la indemnización por despido. Esto ahora es visto como “despido indirecto” y es ilegal en algunos países. Así que, evita el exceso de trabajo y mantén tu nivel de estrés al mínimo.
No escuchar dentro del entorno familiar es otra fuente de estrés. Si tu pareja o hijos, te están diciendo algo, realmente vale la pena que escuches. Ser capaz de filtrar correctamente y desentrañar las cuestiones o problemas, te ayudará a eliminar cualquier posible tensión causada por la falta de comunicación en casa. Recuerda, la casa es el lugar donde debes ser capaz de relajarte después de un día duro, y pasar tiempo con tus seres queridos.
Escuchar y sintonizar con los demás ¿Necesario?
Escuchar a los demás ayuda a reducir tu nivel de estrés también. ¿Te has fijado cuando tu propio estrés aumenta porque los demás no estaban escuchándote? Bueno, en realidad es una calle de doble sentido. Imagina cómo otras personas se sentirían si empiezas a silbar una melodía, mientras están tratando de comunicarte su dolor, debido a situaciones personales. Ellos, como tú, quieren ser entendidos y que sus opiniones sean valoradas. En verdad, cada uno de nosotros tenemos un propósito en la vida. Nadie quiere sentir que su trabajo es infravalorado. Podemos dar a los demás el sentimiento de propósito, al escuchar y reaccionar a lo que dicen. Dar información a los que hablaban con nosotros, ayuda a dar a entender que no sólo estamos prestando atención a su flujo de conciencia.
Consigue otras perspectivas
Si te sientes valiente, ¿por qué no preguntas a su propia familia y amigos sobre tus habilidades de escucha actuales? No lo tomes como algo personal, mejor utilízalo como un trampolín para mejorarte a ti mismo buscando una reducción del estrés. Tal vez no lo creas al principio pero si lo pones en práctica tu vida puede cambiar. Algunos estudios han mostrado una correlación directa entre la escucha y la reducción de la presión sanguínea.
¿Cuál es tu experiencia escuchando a los demás? Déjame saber aquí abajo en la sección de comentarios
Información complementaria:
Deep Listening in Personal Relationships. Diana Raab. (2017)
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