¿Tu psicólogo no es tu amigo? Parece natural ver a esa persona como un amigo. Tiene sentido que puedas querer normalizar la relación pidiéndole ir a tomar un café o almorzar; O invitarlo a una boda familiar, o por lo menos, como un favor, que comparta más información sobre su vida contigo.
Simplemente parece natural. Te has reunido con tu psicólogo una vez por semana durante un año o más. Has compartido algunas de tus preocupaciones y secretos más profundos. Has compartido tus triunfos y celebraciones. Él te ha apoyado, ha explorado temas profundos para ti, te ha escuchado y calmado tu dolor. Puedes encontrarte con él en el supermercado, o encontrártelo a unos cuantos asientos de distancia en las gradas del juego de fútbol de tus hijos.
¿Por qué no puedes convertir la relación con tu psicólogo en una amistad?
De hecho, hay muchas buenas razones por las que tu psicólogo no puede ser tu amigo y seguir siendo tu psicoterapeuta. La relación terapéutica es diferente por diseño. Tiene una diferencia importante en donde los limites profesionales están en su lugar y deben permanecer así.
Los limites en la terapia son como los limites en un terreno. Es una línea que ambas personas reconocen y honran. Es una línea que dice donde comienza y termina la relación. Ésta línea coloca al terapeuta aparte de otras personas en tu vida.
No hay un estándar establecido para los detalles de los límites. Diferentes modelos de terapia y diferentes disciplinas tienen diferentes ideas sobre lo que este límite deja dentro o fuera. Diferentes terapeutas operan de acuerdo con su entrenamiento y sus propias ideas de lo que significa «construir» la relación. Es por eso que algunos terapeutas te ofrecen té y otros no; Por qué algunos terapeutas terminan las sesiones con un abrazo y otros ni siquiera te dan la mano; O por qué algunos se detienen y charlan en el pasillo del supermercado y otros no son accesibles. Así, algunos terapeutas permitirán tomar más tiempo durante la crisis de un cliente y otros sienten que es importante mantener un estricto tiempo límite.
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Es Algo Establecido en el Código Ético de Ésta Profesión
Pero independientemente de las especificidades, los psicoterapeutas generalmente coinciden en que los límites definidos proporcionan seguridad tanto para el cliente como para el psicólogo estableciendo claramente una estructura para que la relación sea consistente, confiable y previsible. La intención es asegurar que lo que sucede en la sesión es para beneficio del cliente, y no del psicólogo. Cada tema de discusión e interacción es lo más deliberado posible y tiene la intención de impulsar al cliente hacia sus metas terapéuticas.
Tu terapeuta es responsable de hacer claras las fronteras al comienzo de su trabajo juntos. Los fundamentos como cuándo y dónde se reunirán, los honorarios, las consecuencias por faltar a una cita, tiempos de tolerancia, y las expectativas para un encuentro fuera de oficina debe ser explicado con claridad. También debe explicar cuidadosamente las reglas de confidencialidad para que no haya malentendidos sobre quién tiene acceso a la información de sus sesiones y qué activaría una notificación a las autoridades.
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¿Contacto? …Solo profesional
Los abrazos y el contacto físico cariñoso generalmente no están bien. Hubo confusión sobre esto durante los años setenta y ochenta. En un intento de romper con la rigidez del análisis freudiano clásico, algunas escuelas de terapia defendían que el terapeuta debía ser «humano» y proporcionar abrazos seguros. La investigación actual ha determinado que los abrazos y otras demostraciones de afecto entre el terapeuta y el cliente nublan el significado de la relación. A veces, si se ritualiza, esto puede estar bien. Pero si el cliente se siente incómodo o el terapeuta no es profesional al respecto, puede conducir a una confusión de roles.
El psicólogo tiene que ser claro que nunca aceptará regalos o favores especiales de ti. Estás pagando por su tiempo y experiencia. No hay necesidad de proporcionar ninguna otra compensación.
Manteniendo el profesionalismo, el terapeuta mantiene clara su relación. Hay mucho menos peligro de que malinterpretes la preocupación por tu seguridad, con interés personal, o incluso romántico. Esto te permite explorar tus sentimientos, incluso los posibles sentimientos románticos o sexuales, sin temor a que el terapeuta cruce la línea. A veces esto es crucial para la sanación, especialmente si tus problemas incluyen tratar con un pasado de abuso.
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Cruzar el límite
Sí, a veces los terapeutas doblan sus propias reglas. Un terapeuta puede insistir en que toda la terapia ocurra en la oficina, por ejemplo, pero decide dar un paseo por el bloque con un adolescente nervioso que simplemente no puede sentarse y hablar cómodamente con un adulto. O puede salir con un cliente agorafóbico como parte de un proceso de desensibilización. Otro terapeuta puede hacer una excepción cuando alguien está en un hospital o en casa debido a una lesión. Aun así, es posible que en general no se acepten invitaciones para asistir a los eventos importantes de un cliente (boda, funeral, graduación), pero puede tomar una decisión cuidadosa para romper esa regla cuando sea útil para el cliente.
El factor importante en la toma de una decisión de cruzar una frontera es el juicio mutuo que es claramente para el beneficio del cliente. El significado del cruce necesita ser discutido cuidadosamente en sesión.
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Violar los limites
Cruzar un límite para servir al cliente es diferente de violar un límite para atender las necesidades del terapeuta. Si un psicoterapeuta explota su poder sobre el cliente para satisfacer sus propias necesidades sexuales, financieras o de ego, es una violación del límite.
Salir con un cliente, llamar y aceptar llamadas que son principalmente de naturaleza social, o usar el tiempo del cliente para desahogar los problemas del psicólogo no está bien. Responder a las peticiones de un cliente, incluso cuando hay insistencia, y se reúnen informalmente o socialmente es una violación más sutil pero importante. Se confunde la relación y hace que sea difícil para el cliente confiar, o decidir entre esto o su trabajo terapéutico. El cruce es a veces aconsejable. La violación es inexcusable.
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Responsabilidades de los Clientes en Mantener los Límites
Es importante para todos nosotros reconocer que las personas pueden ser amables y de apoyo, pero aun así no ser un amigo. Las personas que crecen en familias sin límites no aprenden que las personas tienen papeles diferentes en nuestras vidas. Con frecuencia atribuyen más significado a una relación de lo que la otra persona pretende. Confunden la amabilidad con la amistad. Son vulnerables a ser heridos repetidamente porque experimentan rechazo cuando la otra persona no ve la relación como ellos. La relación terapéutica puede proporcionar la práctica de compartir una meta sin extender la relación a compartir una vida. Para recordarte que «tu psicólogo no es tu amigo», y mantener una relación sana con tu psicólogo, toma en cuenta los siguientes puntos:
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1. Sé Egoísta
Estás allí (y pagando) para alcanzar tus metas personales, no para hacer un nuevo amigo. Para que la terapia sea efectiva, el enfoque debe estar en ti. La amistad requiere dar y recibir. La terapia no.
Sí, desde luego, tu psicólogo debe ser amable, compasivo y comprensivo. Pero no debería estar usando tu hora para lidiar con sus propios sentimientos, problemas, éxitos y fracasos. Mantente enfocado/a. Tu sesión de terapia sólo debe usarse para ayudar a aliviar tus síntomas y para ayudarte a aprender cómo manejar tu vida de nuevas maneras que sean más efectivas.
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2. Se Honesto/a
El único material que un terapeuta tiene que trabajar es el que tú presentas. Si te guardas información (y no la compartes con tu terapeuta), limitas la cantidad de ayuda que puedes obtener.
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3. No cruces ni violes los límites tú solo/a
Si sientes que deseas más de la relación, haz lo posible para hablar de ello, no finjas. Los sentimientos positivos, incluso románticos, hacia el psicoterapeuta son normales y esperados. Especialmente si no has tenido suficiente (o ninguna) experiencia de estar en el extremo de recibir una cálida relación de apoyo y respeto, es natural empezar a fantasear acerca de tener algo más. Pero esto es material para su trabajo en conjunto, no algo para esquivar. Si actúas de cierta forma, habla de ello. Esto te mantendrá a ti y a tu terapeuta a salvo.
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4. Los Regalos No son Apropiados
La relación terapéutica no es una amistad. Es una relación profesional. Estas pagando por un servicio. El psicólogo online está haciendo un trabajo para ti, por el cual es pagado. Si sientes que debes decir más que adiós, está bien darle una nota o una tarjeta al final del tratamiento.
Si te gustaría saber más sobre este tema revisa mi página de términos y condiciones, aclara las reglas necesarias para hacer terapia de forma correcta, y como ya dije, los puntos están basados en el código ético del psicólogo.
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psic.armandoarafat